Encargo

A ti, lector@ cómplice obsequio este loco mar de versos para tu bolsillo...

viernes, 24 de junio de 2011

Un filme descarnado y malicioso, pervertido a todas horas... El gran Lebowski


El Gran Lebowski de los Hermanos Cohen...



Una oda al boliche, una historia llena de ruso blanco, 241 veces la palabra F" (fuck, joder, follar), una cinta de los creedence que se pierde y se vuelve a recuperar, un millón de dolares que nunca existió, una alfombra que se pierde, un amigo que muere, una estrella porno secuestrada, el dedo de Aimee Mann pintado por un barniz verde... y dos Lebowskis ... y Vietnam... sobre todo Vietnam...


Y al final... cada vez que nos miramos en el espejo... no nos preguntamos si en realidad tendremos el mismo apellido Lebowski??


Un filme descarnado y malicioso, pervertido a todas horas...

Mutante divina



Como la más terrible pesadilla humana la sacerdotisa Sahar veía las sombras que la acompañaban inmutables, consortes de su soledad al que estaba recluida. Cada noche se apoderaba una angustia amenazante. Intentaba dormir, pero hasta sus mismos latidos le ocasionaban pena y temor. Romperse en mil fragmentos y verse en un profundo juego fantasmagórico.



Sahar recordaba apenas una sensación minima de la luz que la acompañaba en sus primeros pasos, imágenes dulces le cubrían el pensamiento. Cambio sabio, silencio, muerte eterna e irrevocable. Humanidad, luz y vida, voces ciegas y enajenadas. Orden del tiempo.

En Sahar, como tantos siglos atrás, se vertia nectar en su ombligo.



Un olor fulminante invadió el aire y desperto a Sahar de su espejismo…ya no era la mujer que habia sido purificada para intermedio de la diosa…era la diosa misma viéndose a través del espejo eterno de su muerte…

J.W. Waterhouse, El Despertar de Adonis,1900.

Carta de Sara II

Acá abajo hace tanto frío e humedad como en la habitación del ático. Recuerdas cuando íbamos y hablábamos de nuestros sueños de cambiar el mundo!... o cuando atravesábamos el puente Darrington y nos comíamos una galleta robada. Era en ese instante cuando mas te amé. Ahora añoro esos días en que me contabas todas las historias que habías leído durante las vacaciones.

   Me mirabas de una forma tan extraña, tan enigmática, graciosa, pero yo solo podía pensar que lo que decías eran grandes mentiras, y no te prestaba atención; observaba tu pantalón vaquero entubado viejo y a veces sucio, tu chamarra oscura el sonido de tus palabras.
   Me divertía de cuando en cuando con la manía que tenias de mover las manos, como un político que quisiese saludar a todo el pueblo. Ahora ni siquiera me ves a los ojos. Has renunciado a ser tú mismo. Yo siento que te hecho mucho daño; he brindado a tu vida demasiada comodidad, y entonces recuerdo que el silencio nos puede aniquilar. Yo voy enloqueciendo. Tengo los nervios de punta. Siempre me he rechazado. Recuerdo que muchas veces te dije que te dejaría, que eras un pasatiempo, una manera de huir de la soledad, un experimento cruel de mi circo de impaciencias e insatisfacciones. También te dije que la fugacidad era mi meta (...)

Carta de Sara I

Yo sé que no puedes volver a ser el joven aquel que conoci hace años. La gente cambia. Tu amor ya no me pertenece, hace tiempo había sentido que te desprendías de mi como las horas en otoño vuelan en círculos y no regresan a si mismas.

He pretendido ser la persona que fuera necesaria en tu vida, me converti sin saberlo en tu madre, en tu enfermera, tu puta, tu amiga, y a veces hasta la extraña a la que te atreves a guiñarle un ojo…en fin me converti en tu todo, aquella a la que dices familia, de la que no sabes como, cuando, ni porque, pero con la cual sientes un lazo que te une.