Y... "El poeta no tiene más argumentos que sus sueños
...
El poeta no existe... no es nadie.
El poeta es un viejo y hueco embudo de trasiego,
abandonado en el repecho de la colina o en el rincón más oscuro de la cueva,
por donde el Viento sopla, a veces, y articula unas palabras...
Con la baraja de todos mis poemas hará mañana el Viento
un revoltijo de naipes que se perderán en el silencio,
y del que no se salvarán, seguramente,
ni la Reina ni el As.
Pero en el mar amargo e infinito,
en la historia dolorosa del Hombre,
y en la canción eterna y anónima del Mundo,
habrá una gota perdida de mi llanto...
una lágrima mía.
Esta lágrima será mi cédula, mi pasaporte
y mi carta legítima de naturaleza...
de naturaleza divina e inmortal.
Por esta lágrima me conocerán ya siempre las constelaciones y los dioses...
Y con esta cédula me abrirán las puertas, sin bisagras ni cerrojos, del Mundo
por donde se entra a navegar en los espacios infinitos...
He aquí el talismán... con este poderoso talismán
iré en busca del primero y del último Dios...
de esa incógnita isla que incansablemente persigue el navegante... y que se halla escondida
en la bola ovillada del hilo del Tiempo,
fuera de la madeja de los siglos...
y al otro lado de la última lágrima del Mundo."
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